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¿Cómo se realiza el mantenimiento de una moto en invierno?

¿Cómo se realiza el mantenimiento de una moto en invierno?

Tanto si la sigues usando, con mayor o menor frecuencia, como si la dejas “hibernando” a la espera de la primavera y sus temperaturas más cálidas, es necesario que sepas cómo realizar el mantenimiento de una moto en invierno. Por la particular climatología en muchas zonas de nuestra querida piel de toro, es importante poner especial atención a algunos aspectos de nuestra motocicleta, para no llevarnos ningún susto ni desagradable sorpresa.

Cómo hacer el mantenimiento de una moto en uso

Si utilizas la moto independientemente de la estación del año, los cuidados son prácticamente los mismos en invierno. No obstante, debemos prestar especial atención a algunos aspectos y componentes que sufren más o son más delicados cuando hace mucho frío.

Y como lo primero que hacemos al ir a circular con la moto es arrancarla, aquí tenemos el primer punto a tratar: el motor. Este debe estar con sus niveles de aceite perfectos y el SAE (la viscosidad del aceite que se ve afectada por la temperatura) debe ser el adecuado para nuestro motor.

También debemos ser conscientes de que la moto tarda más en alcanzar su temperatura óptima de funcionamiento. Los primeros kilómetros han de realizarse de forma suave, sin forzar o revolucionar excesivamente el motor, hasta que la temperatura del refrigerante sea la adecuada. Para ello las motos, como los coches, disponen de un termostato, que detiene el flujo del refrigerante dentro del circuito hasta que alcanza la temperatura perfecta. Esto también es beneficioso para ir calentando los neumáticos y frenos.

como hacer el mantenimiento de una moto

Sin abandonar los aceites, debemos saber que dentro de las suspensiones de nuestra moto hay un aceite específico, que como el del motor, trabaja mejor a determinadas temperaturas. Algo que se aprecia especialmente en el aceite de horquilla. Este también tiene un SAE, y con el frío hace que las suspensiones trabajen de forma diferente: más duras.

Es por ello que podríamos llegar a percibir que la moto no se comporta con la misma soltura o agilidad que habitualmente. Si llegara a perjudicar la conducción, lo mejor es “soltar” o ablandar ligeramente los reglajes hidráulicos de las suspensiones (compresión y extensión), y en caso de carecer de ellos, al menos un poco la precarga de muelle. De este modo suavizaríamos su funcionamiento. Puedes consultar aquí nuestros aceites de horquilla con descuentos de hasta el -50 %.

Llegar al punto de tener que cambiar el aceite de la horquilla a uno menos denso es algo que no se hace habitualmente, salvo en motos de competición. Aunque podría darse el caso si, por ejemplo, el piloto es muy pesado o agresivo, si se circula con dos ocupantes habitualmente, etc.

Siempre es fundamental, pero en invierno más que nunca, que los neumáticos estén en perfecto estado. A diferencia de los vehículos de cuatro ruedas, en las motos no existen neumáticos de “verano” y de “invierno”, pero sí existe un extenso abanico de posibilidades, dentro incluso de cada marca, para poder equipar los neumáticos que se ajusten plenamente a nuestras necesidades.

A diferencia de los vehículos de cuatro ruedas, en las motos no existen neumáticos de verano y de invierno.

Así, la mejor adherencia en caliente pasa a un segundo plano cuando las temperaturas son muy bajas, y es mucho más aconsejable montar neumáticos dotados de polímeros y compuestos específicamente desarrollados para ofrecer estabilidad y seguridad sobre asfalto frío, como el sílice. También es conveniente que los neumáticos tengan un buen dibujo diseñado para evacuar bien el agua en caso de lluvia. Por eso los de carácter turístico, o sport-turismo y trail, son los más indicados.

Es importante tener esto en cuenta si conduces una moto deportiva con neumáticos deportivos, o si conduces una trail cuyas “gomas” están mucho más adaptadas a las climatologías adversas… Del mismo modo, cuando llega el verano y los neumáticos alcanzan altas temperaturas, los de las primeras ofrecen más seguridad que los de las segundas al efectuar una conducción rápida.

Por otro lado, y como en cualquier otro momento del año, el control periódico de la presión de los neumáticos es fundamental. Pero más en invierno porque el frío puede hacer que pierdan presión.

Un aspecto muy importante, sobre todo si circulas por carreteras en las que se ha esparcido sal, es lavar bien la moto después de utilizarla para eliminar cualquier resto de ella, si es utilizando productos específicos mejor. La sal es muy corrosiva, y rápidamente puede oxidar las partes más vulnerables, como los escapes, la parte inferior del chasis (en caso de ser de acero), el basculante e incluso la cadena. Esta hay que limpiarla a conciencia, con un producto desarrollado para tal efecto si es posible, y luego engrasarla. Hay mucha oferta de lubricantes para ello.

Mantenimiento de una moto sin usar en invierno

Si eres de los que no usa la moto en invierno, o por ejemplo tienes una moto de uso en circuito y no vas a rodar durante los meses de invierno, has de llevar a cabo un par de sencillas operaciones. Solo perderás unos minutos, pero harán que el regreso a la actividad sea mucho más rápido y seguro.

Lo primero y más importante es dejar desconectada la batería. Basta con soltar los bornes (primero el negativo y luego el positivo), para que esta no se descargue, y en consecuencia no arranque cuando la vayas a utilizar. Si además de esto, de vez en cuando la pones en recarga con un cargador/mantenedor, sería perfecto. Sea como fuere, si la batería está en buen estado, ya solo con desconectarla ganaríamos mucho.

Si utilizas anticongelante, es conveniente conectar la batería esporádicamente y arrancar la moto de vez en cuando para evitar la condensación de agua, que corroe muchos componentes.

Es muy importante vaciar el circuito de líquido refrigerante si utilizas agua destilada o simplemente agua. El uso del anticongelante está prohibido en motos de competición. Esto es debido a que es muy resbaladizo, y en caso de caída y derrame del mismo, el riesgo de accidente para el resto de pilotos si pasan por encima es muy alto.

¿Y por qué conviene retirar el agua? Por dos motivos. Por un lado, para evitar que se congele en caso de muy bajas temperaturas, lo que provocaría la rotura del radiador, el circuito refrigerante e incluso se han dado casos de fisuras en el motor (que por insignificante que fueran, lo dejarían inservible).

Por otro lado, si utilizas agua del grifo, hay que retirarla para evitar que el sistema de refrigeración se oxide. Con el tiempo, la acumulación de óxido reduce la capacidad de refrigeración del radiador, e incluso puede llegar a provocar en casos extremos la avería de la bomba del agua.

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Revisar de vez en cuando la presión de los neumáticos también es importante cuando la moto está hibernando. Si “abandonamos” la moto varios meses, y no está sustentada sobre sendos caballetes delantero y trasero (o el caballete central que equipan algunos modelos), los neumáticos, al perder algo de aire y con el propio peso de la moto, pueden llegar a deformarse. La carcasa ya no estaría en perfectas condiciones al volver a inflarse para utilizarse de nuevo, con el riesgo que esto conlleva.

Otros componentes que es interesante dejar en óptimo estado son la cadena, bien engrasada y con la tensión correcta, y el circuito del líquido de frenos, bien purgado. El aceite utilizado para los frenos puede acumular humedad, y hacerse burbujas al coger aire, lo que perjudicaría la capacidad y el tacto de la frenada al volver a rodar con ella. También es ideal engrasar las manetas y cables del acelerador y del embrague con un spray multiusos, ya que estos se endurecen y oxidan igualmente.

¿Y cómo dejamos el depósito de combustible? Pues si tu moto es a carburación, hay que dejarlo vacío, incluidos los carburadores si es posible, y con la llave de paso cerrada siempre. De este modo evitamos que las impurezas de la gasolina puedan obstruir algún chiclé. Las motos de inyección, con gasolina.

Además de todo lo mencionado, por supuesto es mucho mejor guardarla en un lugar cerrado que a la intemperie, y si está en nuestra mano dejarla bien limpia y después aplicarle algún producto para hibernar, mejor que mejor. También hay que cubrir la moto con una funda, térmica mejor, para evitar la acumulación de polvo y suciedad sobre la misma.

Con todo esto, tu moto estará lista para rodar en perfectas condiciones durante todo el invierno independientemente de la temperaturas y climatología que nos encontremos.

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